lunes, 3 de julio de 2017

¡Dietrich Weise, el arquitecto del éxito de Alemania!

Dietrich Weise fue un destacado entrenador en la década de los 70, ayudó a que la Alemania Occidental ganara el Mundial de 1974. Posteriormente, en los 80, potenció juveniles, ganó el Europeo sub-18 y el Mundial sub-20 en 1981. Pero su principal contribución con el fútbol alemán llegó 17 años después.

La Federación detectó una gran falta de talento en las categorías menores, situación con la que Weise estaba en desacuerdo, pues él estaba seguro que el material estaba, solo debía buscarse mejor.

Para ello Dietrich recorrió el país, y propuso un plan para crear 115 centros regionales con un presupuesto de 1.250.000 euros. Braun, el presidente de la Federación, le dijo que no tenía tanta plata.

Llegó el Mundial de Francia 98. Alemania perdió 0-3 con Croacia en cuartos. El país pensaba postularse para organizar la Copa de 2006, y el dinero apareció.

Fueron 121 centros regionales que proveyeron dos horas de entrenamiento en técnica individual a 4000 chicos de entre 13 y 17 años una vez por semana. Diez mil chicos Sub 12 también recibieron clases de futbol. "Todos debían tener acceso a un centro de formación en un radio de 25 kilómetros", le contó Weise a Raphael Honigstein en su imprescindible libro Das Reboot.

El traspié en la Euro del 2000 aceleró los procesos y la Federación decidió obligar a los 18 equipos de primera división a tener su propio centro de formación, luego incluyó a los de segunda, sin centro no podían participar profesionalmente.

Los 36 clubes invirtieron 114 millones de euros durante los primeros dos años. La Federación también invirtió su dinero. El presupuesto anual creció a 14.000.000 de euros. Centralizó la formación de los chicos de 11 y 12 años.

Aumentó a 366 los centros de formación. 600.000 chicos podrían ser mirados al menos una vez por 1300 entrenadores, que a su vez debían capacitarse anualmente a través de una licencia especial para formadores. En 2000, una nueva ley de ciudadanía facilitó la nacionalidad a quienes habían residido ocho años en el país. Pudieron sumarse al programa muchos jóvenes de padres inmigrantes.

Los resultados de este sistema son tales, que entre los campeones de Brasil 2014, los únicos jugadores que no fueron formados en alguno de estos centros fueron Klose y Weidenfeller.

Hoy en día el éxito es una realidad. Alemania se consagró campeón de la Copa Confederaciones. Todos sus futbolistas se formaron en el sistema. Dietrich Weise, el culpable, estaba veinte años adelantado.

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