lunes, 14 de noviembre de 2016

¿Por qué sentimos un "corrientazo" al golpearnos el codo?




Era una mañana tranquila en la que correspondía ver exposiciones de mis grupos de clase en el área de Primeros Auxilios y como nunca falta ese conjunto que no se preparó para defender su contenido pues me tocó como docente ofrecer la información que debían reproducir estos imberbes de segundo año en el liceo donde ejerzo como profesor de Educación Física.

Lastima que dicho clan no se preparara para un tema que alimentó tanto interés en los estudiantes y que fue instrumento para tantas interrogantes que afortunadamente pude atender, al menos eso creía... todo iba bien hasta que surgió la pregunta sobre una situación que estoy seguro a más de uno le habrá sucedido y que quizás no nos habíamos dado la tarea de investigar el porqué. 

Entre el mar de dudas y respuestas un alumno me preguntó: ¿Por qué sentimos un "corrientazo" al golpearnos el codo? obviamente ¡claro que me había sucedido! pero también era obvio que no sabía la respuesta, pero le prometí que la próxima clase le llevaría una respuesta.

El tema me dio tanta curiosidad que me invitó a escribir sobre él y ojalá logre responder las dudas de quienes lean este post y por supuesto de mi estudiante.

Primero aclarar que la sensación de sentir el brazo electrocutado no tiene que ver con algún factor externo, sino mas bien interno y es que precisamente por nuestro codo está alojado un nervio llamado "nervio cubital" el cual es el encargado de transmitir impulsos y sensaciones al cerebro, es por ello que al recibir (por ejemplo) una descarga eléctrica a través de las manos inmediatamente contraemos los músculos en búsqueda de omitir esa sensación.

 Imagen que señala el Nervio Cubital.

   
                                                      
Dicho nervio pasa por el codo y está expuesto a causa del poco tejido muscular alojado en ese miembro por lo que es muy fácil que cualquier objeto lo golpee y por ende el nervio no puede interpretar el tipo de sensación que está recibiendo así que envía millones de señales en un solo instante, señales que por cierto son eléctricas pero muy leves.

Con esto el cerebro solo quiere que el brazo se mueva involuntariamente para ver si lo que está fallando desaparece, es por ello que en situaciones obvias como introducir la mano en algo caliente la señal que emite nuestro cerebro es ¡saca la mano de ahí! pero en dichos golpes totalmente involuntarios y directos al nervio este no sabe interpretar el tipo de sensación y sentimos el famoso "corrientazo".

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